Disponer de la potencia de una videoconsola de sobremesa en la palma de la mano es posibles con la consola Nintendo Switch, un dispositivo ligero y totalmente híbrido que te permite estar jugando en el salón de casa o en la parada del autobús en cuestión de minutos. Si quieres jugar tirado en el sofá, la conectas a su plataforma. ¿Quieres llevártela encima para jugar en el metro?, pues la desconectas del dock y punto. Así de sencillo. Eso sí, para disfrutar de una jornada de campeonato donde quieras, lo recomendable es echar en la mochila una batería externa

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…  para duplicar o triplicar las seis horas de autonomía de la consola. Lo mejor es que puedes conectar la batería (o cualquier otro accesorio) vía USB, puesto que Nintendo ha prescindido de los puertos propios en el desarrollo de la Nintendo Switch. Sin duda, se trata de un punto a favor que ha contribuido a la buena acogida de esta pequeña videoconsola portátil. Un éxito que se explica también gracias a la nutrida lista de juegos exclusivos disponibles para Nintendo Switch, su precio razonablemente asequible y la flexibilidad excepcional de los controladores Joy Con.