Un brazo que no es realmente ajustable
Es lo suficientemente fuerte como para transportar una pantalla (la mía pesa 6 kg, no dudo de que soportará hasta 8 kg). Puedes poner la pantalla donde quieras en relación con el soporte, es cómodo. El ajuste de altura funciona más o menos como se esperaba.
Hasta aquí los puntos positivos.
Con cada movimiento, el brazo se mueve como un resorte durante un minuto. El ajuste de la profundidad es casi imposible sin forzar, incluso con el tornillo de ajuste aflojado, la junta central es muy dura. El ajuste vertical es demasiado duro o la pantalla baja la cabeza por sí sola. Si giras la pantalla hacia un lado, se inclina unos grados (como si empezara a pasar al modo retrato). Por cierto, es casi imposible poner la pantalla en horizontal porque el ajuste está muy jodido.
Si lo único que quieres es latitud para elegir o fijar un soporte de pantalla, para evitar que un soporte estándar estorbe, por ejemplo, está bien. Pero al mover o reorientar la pantalla a voluntad, puedes olvidarlo.